Antes de nada, conviene dejar claro que quien escribe este blog es un Católico convencido, ecuménico y abierto al diálogo interreligioso, porque creo que Dios Une, pese a las religiones.
Dejado claro mi amor a la Iglesia, me toca explicar lo que está está sucediendo y lleva sucediendo desde hace mucho tiempo y como lo vivimos los laicos comprometidos con Dios en Su Iglesia.
Por ser de profesión enfermero, he podido ver en multitud de ocasiones lo que les ocurre a muchos enfermos o personas que por desamparo o necesidad han sido puestos bajo tutela de alguna institución, pública o privada. En su origen esta institucionalización tiene un buena motivación e incluso se hace necesaria con el objetivo de que la persona no esté sola y sean cubiertas sus necesidades.
Cuando esta acción se prolonga en el tiempo o se hace permanente, la persona comienza a sentir una disminución de su capacidad a la hora de la toma de decisiones, de su propio cuidado y sobretodo a la hora de tomar iniciativas. Llega un momento que la persona que da anulada si no se le involucra en su propio cuidado o desarrollo.
Esto está pasando en el catolicismo de hoy. Todo es instituido, la comunidad es la que toma decisiones, es la que cuenta y la unión hace la fuerza, una fuerza que su no es mesurada puede llegar a estrangular a quien se interponga, pero el primero en ser huido es el Espíritu de Dios.
El que es obediente (no ha Dios, sino por que es mas fácil y así evita confrontación) no tiene mayor problema, aunque tampoco le ayuda a su crecimiento. Al que ve el signo de los tiempos suele tener problemas, pues la Institución es lenta por naturaleza y ciega de vocación, prefiere verse a si misma y cuidarse que cuidar fuera. O todos o ninguno. Así que el que ve nuevas necesidades, tiene que exponerlas y esperar. Si se le dice no, acatar. Si el Espíritu le arrastra a la acción Evangélica, tendrá que hacerlo solo. Si le duelen las llagas del hermano, le harán mirarse solo las suyas. Tu familia, primero.
La sombra de la Institución es alargada y llegará a la parroquia, que no es de todos. Es de la institución y los profesionales de la religión son normalmente institucionalizados con excepciones que confirman la regla. Todas las Sub-Instituciones trabajaran unidas en detrimento de la nueva iniciativa, sobretodo si es de un laico rebelde y su proyecto ni ha sido aceptado.
En vez estimular las iniciativas evangelizadoras en el mundo para que el Reino llegue a mas gente, los profesionales de la fe no admitirán mas proyecto los que los controlados por ellos. En vez de coordinarlos y hacer la parroquia lugar de encuentro de estas personas con ideas y proyectos, los expulsan.
La Institución es lo primero, da igual cual sea el motivo por el que estés luchando, aunque sea el de su propia fundación, que si no admites su negativa o no asistes a sus reuniones alrededor de la estufa, no te admitirán, te expulsaran. Porque la institución no tiene corazón, es ley y es papel. Los que toman la decisión, se escudarán en la institución y ella caerá sobre ti.
Pero esto no puede perpetuarse, Dios no lo quiere así. Ya gente de a pié ya conoce lo que significa toparse con la Iglesia, pero el acomodamiento es fuerte en esta iglesia, solo algunos quieren la libertar del espíritu. La Misión es abundante y los Misioneros pocos...Siempre a sido así.
Recemos y actuemos para que la institución se abra a todos lo que tienen buen corazón y despierte a su gente para que se pongan de pié y den la cara por Dios, por sus hermanos y apoye y coordine a lis que se les ha encomendado. No que controle, solo que acompañe, ya somos mayores de edad.
Pero la institución prefiere la Paz del mundo....
Sentiros bendecidos por Dios.
