Hace unos días la revista sudafricana WORLDWIDE MAGAZINE
(Silverton 0127, Pretoria) decidió escribir sobre los nuevos estilos de ser y vivir la Misión en el mundo, algo normal en una revista misionera y cristiana. Lo extraño es que se fijara en nuestra humilde comunidad a la que muchos han relegado a las periferias, por ser una iniciativa plural y desde la base, cosa que parece ser da miedo primeramente a la Iglesia.
Pero lejos de victimismos somos muy conscientes de que esto en principio tiene que ser así.
Damos paso al artículo escrito en inglés y que nos hemos atrevido a traducir con ayuda de mr. Google:
Peregrinos del Camino de Santiago e inmigrantes son bienvenidos en Mission Emmanuel en Tres Cantos Madrid, España. La comunidad fue iniciada por Lola, Dani y sus hijos, en su regreso del trabajo en la misión comboniana en Chad.
De manera humilde la misión que vivimos hoy sólo puede llevarse a cabo auténticamente si todos estamos de acuerdo en caminar un camino de humildad cuando Dios mira nuestro mundo, él no ve comunidades ricas y pobres, pero las familias de hijos e hijas con diferentes riquezas que todos pueden compartir uno con el otro. Toda comunidad cristiana, tiene experiencias, descubrimientos, éxitos y fracasos, que pueden ser compartidos, para que todos puedan aprender mucho y encontrar nuevos caminos, mirando el camino de otros.
Ningún grupo y ninguna Iglesia poseen el Espíritu Santo exclusivamente. Todos tenemos algo cosa que enseñar y aprender de los demás. Siglos de cristianismo en algunas áreas puede haber profundizado mucho el cristiano fe, pero también han acumulado menos elementos importantes que ocultan elementos esenciales aspectos del evangelio.
Más recientemente comunidades establecidas, libres del peso de ciertas tradiciones antiguas, a menudo son capaces de captar y expresar el Evangelio de forma más directa y claramente.
Nosotros los misioneros tenemos que aprender a proclamar mejor el Evangelio, despojarlo de nuestra cultura tradiciones, para que el Evangelio sea expresado en las tradiciones culturales de los pueblos a los que somos enviados. Este nos lleva a ver más claramente lo que está en el corazón del Evangelio, distinguiendo lo esencial de lo menos importante. Esos misioneros que dejan sus países deben hacerlo con la voluntad de aprender con humildad, mirando con respeto por lo que el Espíritu de Dios está haciendo en otras tierras. Estamos viviendo una nueva conciencia de que todos somos misioneros porque somos discípulos de Jesús. Todos estamos invitados a compartir lo mejor que tenemos: la fe que tenemos vivir en nuestras comunidades cristianas. Anunciar y testimoniar el Evangelio de Jesús no es un deber que se nos impone. Es la oportunidad que tenemos de ayudar a otros para descubrir la presencia activa de Jesús en el mundo y en la vida de cada persona. ¡Jesús nos precede! Las comunidades cristianas hacen su viaje con una inmensa variedad de regalos; celebran y dan testimonio de su fe con gran creatividad, de maneras que son formadas, al menos en parte, por su cultura y tradiciones religiosas. Los misioneros, enviados por un particular Iglesia y recibido por otro, lejos lejos, convertidos en instrumentos de un continuo proceso de intercambio que permite Iglesias en varias partes del mundo continuar un verdadero camino sinodal de enriquecimiento mutuo, ayudándonos unos a otros descubrir nuevos caminos de com- comunión en la gran variedad de regalos que el Señor da a todos....
GRACIAS WORLDWIDE.
En este enlace puedes descargar la revista completa:
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