jueves, 25 de marzo de 2021

YO SOY EL CAMINO.

Jesús le dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí".
Juan 14:6
Que alegría encontrarse con Dios en las mil formas que existen de hacerlo. El nos aporta lo verdaderamente importante. El Ser y todo lo que nos hace humanos. Eso que nos hace amar sin necesidad de conocer a quien amamos, lo que nos hace ser consciente de lo bueno y menos bueno... Y aparece el Ego con nuestro falso Yo y con el, la insatisfacción, la búsqueda de falsa seguridad etc...
Vamos creciendo y nos vemos en un sistema que sirve a un Ego transferido a lo educativo, social, laboral, político...
Bien. Aún así, no pasa nada, pues tenemos a Dios en todo y lo podemos vivír en todas las esferas de nuestra vida. Pero, ¿si solo tenemos una vida no? .
Pues eso, una vida profesional donde tengo que ser el mejor. Otra vida de ocio, otra de siervo del Señor (los domingos), otra vida para la familia... Y ya somos Legión:
Y Jesús Y le preguntó (al endemoniado): ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. (Marcos 5:9)
Seremos un Reino dividido, aunque creamos que cumplimos con la ley.
Lo primero en aparecer, será la sensación de pérdida, pues estamos en un barco sin rumbo, ya que nadie maneja el timón. Estaremos a espensas de las corrientes del mundo, que nos zandeararán de aquí para allá. Daremos vueltas en círculo, hasta ser tragados por el gran remolino.
¿Entonces que hacer?
Primero, el discernimiento, cómo hizo Jesús en el desierto. Un tiempo de autococimiento, superación y valoración del Camino a tomar. Un camino de coherencia, donde sabemos de antemano que no será jamás como lo pensamos, pero tampoco eso es tan importante, siempre podremos enderezar el rumbo. Lo importante es que sea un sólo camino. Uno pues nadie puede recorrer dos caminos a la vez. Y no quedarnos en la bifurcación o en tierra de nadie. En la nada. Nuestro cuerpo y espíritu, no se pueden dividir. No podemos mandar a una pierna por un lado y a otra por otro, cómo no podemos orar y estar charlando.
Tendremos que entender, que por mucho que nos equivoquemos, nada puede ser peor que seguir a la deriva del mundo.
¿Que Camino?
Realmente da igual, siempre que sea de servicio y con unos objetivos de justicia claros, en coherencia con el Evangelio.
Sólo hay un camino: Jesús.
Un camino que empieza en Su Reino, que está muy dentro de nosotros y  que se expande hacia fuera. Por eso es tan importante ir hacía dentro:
Jesús dijo a Simón:
-Rema mar adentro y echad las redes para pescar. (Lc 5,1-11)

Lo auténtico saldrá de donde Dios lo ha puesto y tendremos que echar muchas veces las redes antes de pescar. Esa red es echada en el silencio de una oración donde Él pueda colocar los peces. Nosotros sólo podemos echar la red y nada más. Pero necesitamos tiempo de oración en profundidad, pues es en la profundidad donde Él se mueve
Eso sólo se consigue con la práctica de la contemplación y el ensimismamiento.
Por ejemplo: Dios puede poner en la red a un hermano, que huye de una realidad complicada y haremos por acompañarle como un buen samaritano. Si dejamos que este hermano sea luz para nosotros, nosotros podremos ser luz para el y juntos caminaremos un camino en libertad. Este camino, no será nuestro, ni del hermano, ni de los dos, sino que será un camino que nos trascenderá a ambos. Será Jesús: "Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (San Mateo 18,15-20)
Una vez en Jesús, viviremos nuestro verdadero camino con cada paso que demos. Un camino estrecho y con dificultades, pero un camino en verdad , donde podremos ser auténticos. Nosotros mismos, sin caretas, en un mundo de carnaval. 
Podremos vivir en el mundo, sin pertenecer al mundo ni dejarnos llevar por el. La comunidad se abrirá y profundizará a cada paso, haciendo mejor su trabajo. 
Sea el que sea, cada uno complementándo al otro con sus dones. Este camino, siempre va a pragmatizar en el mundo, apareciendo lugares de encuentro, de acogida, de sanación. Estos son frutos imprescindibles, para que no quede todo en puro Narcisismo Espíritual. 
El camino espiritual y material es inseparable, pues lo de dentro de refleja fuera, para ser signo y ofrenda visible, con el fin de que otros puedan Ver y también vivir un pequeño trozo de Reino de Dios ahí, sabiendo ya por dónde buscarlo. 
Si no apostamos por nada, nada cambiará en nosotros. Seguiremos dando vueltas o picoteando Reinos sin encontrar el nuestro.
Tampoco podemos caer en la hiperactividad del activismo , olvidando el origen de todo y perdiendo la esencia. 
Debemos de cuidarnos y a veces dejarnos acompañar por otros.
El trabajo espíritual, solos y en comunidad es importante, teniendo que llevar la misma dirección de lo de dentro y lo de fuera, para no perdernos en un sentido ni en otro.  Siendo cierto que para vivir a Jesús, se debe de pisar descalzo, para sentir y ese sertir pueda hacer también en nosotros. 
Hasta que no caminemos así y recorramos un camino real, nada será del todo verdad en nosotros. Solo postureo, más o menos consciente.


 








1 comentario:

  1. Gracias. Necesitaba verdaderamente leer algo así. Que bien hilado lo de la Legión. Y que bien planteado lo de los muchos yoes que nos enloquecen. Seamos uno en el Amor. Un abrazo.
    Carlos

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