SÍ, PERO NO.

Y él respondió: ´Voy, Señor´, y no fue.

(Mateo 21, 28-32)

Tanto en el tiempo de Jesús, cómo hoy, la gente iba buscando consciente o incoscientemente "algo" que le ayudase a vivir más y mejor sus vidas. Algunos tiraban de circo (fútbol) y algo de pan (salario), otros aún más avanzados buscan la solución final, que les evitarse cualquier tipo de sufrimiento, miseria, enfermedades y guerras que les pudieran afectar a ellos. Éstos esperaban al Mesías, uno que llegaría con gran poder. Y se puesieron tan pesaos, que el buen Dios se lo concedió, aunque no fue como ellos se esperaban. El Mesías no trajo nada, pues ya lo tenían todo. Sólo les hizo conscientes, a los que quisieron, de lo que realmente somos, para vivir de verdad y con intensidad este regalo, llamado vida.

 En vez de acabar con la Miseria, él nos enseñó a abrazarla y transformarla, dándole un sentido distinto, haciéndonos conscientes de que "todos somos pobres"y el más pobre, es el que cree no tener pobreza alguna y el más rico, el que la abraza.

Su poder residía en el amor y además curaba a los que ni debía curar según la religión, ni en el momento que la religión tenía estipulado. 

Sus oraciones eran cortas o silencio y sin extraños rituales que tuvieran que realizar los sacerdotes.

¡¡¡Este Mesías era una farsa!!!. No solamente no cambiaba las cosas mágicamente, sino además decía que tu tenías la llave para ese cambio. Con ella abririas las puertas del Reino, que cada uno tenemos dentro y además fruto de esto, te levantarías y le seguirias trabajando con tus propias manos, por la justicia de todos. Y a todos podías amar, incluso a los que te odiaban... Una locura.

Menos mal que se lo cargaron, pensaron muchos y regresó la religión, con su magia y rituales. 

Hasta una basada en su nombre. 

Pero no sé cómo hace Dios y su Espíritu, para abrirse paso entre toda esta parafernalia que hemos montado. 

Y sigue ahí, invitando a levantarse, con lo agusto que está uno en su cómodo sillón. El caso es que escuchan su palabra, la meditan, comen su cuerpo y dicen Sí, pero no pueden levantarse ahora, ahora tienen que ganarse la Vida, además "yo cumplo" y voy a misa o al culto, para lo demás ya están los profesionales de la magia. 

Además soy voluntario de una ONG y doy de lo que me sobra, porque tengo que mantener a mi familia. 

Me sé todas las largas oraciones y protocolos que dicta la religión. No medito porque eso es new age y la comunidad soy yo y los míos. Lo demás una secta.

Hay alguno que se levanta, despierta y cuando lo hace ve que la pesadilla es la realidad y que todo está dispuesto para que no cambie nada, para vivir contento en la exclavitud.

Hay muchos que despiertan, parcialmente y creen haberlo hecho, pero al no levantarse, siguen viviendo igual que antes, sin dejar lo de antes, ni caminar en búsqueda de justicia, porque no confían en lo que sienten. No hacen camino y si no hacemos camino, arriesgandonos a tropezar, pues el camino No puede hacer en nosotros, ni transformarnos con el tiempo. Porque nosotros hacemos camino y el camino hace en nosotros. 

Otros se olvidan del trabajo espíritualidad, de la oración contemplativa, en silencio y de la comunidad, terminando por perderse en un buenísimo paternalista o en el charco de la política. 

Porque la transformación es de dentro, hacia fuera y si se seca lo de dentro. ¿Que agua viva podemos dar?.

El viene a liberarnos y a invitarnos a una vida plena y rica en dones. 

¿Pero alguien se pone de pie?

Muchos que dicen sí, no irán y otros que dieron no, se lo encontrarán.

Pero el que encuentra este tesoro, lo toma y camina con el, deja todo lo anterior y No se apartará del Camino y el camino nunca se apartará de el. (o de Ella)

Daniel Almagro

"No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos".

(Jesús de Nazaret)